Alejo Vargas Velásquez – Fuerza Pública, Seguridad y Conversaciones de Paz

16 marzo 2015

Alejo Vargas Velásquez

La decisión tomada por la Mesa de Conversaciones entre el Gobierno y las Farc, con la anuencia del Gobierno Nacional, de crear la Subcomisión Militar y vincular a la misma a oficiales superiores -generales y coroneles de las distintas fuerzas- ha sido de las más relevantes para el desarrollo de estas conversaciones, por supuesto sin dejar de resaltar igualmente la creación de la Subcomisión de género.

Como es conocido, la Fuerza Pública en toda sociedad tiene la misión de proteger la integridad territorial, la soberanía nacional y garantizar seguridad a todos los miembros de la comunidad política; por ello la Fuerza Pública configura una de las instituciones básicas en una sociedad. En el caso colombiano, por la persistencia de la violencia política, ella ha tenido la responsabilidad de enfrentar y combatir con las organizaciones alzadas en armas, así como con los demás grupos armados ilegales. Eso implica que en un conflicto armado como el nuestro la Fuerza Pública ha tenido la responsabilidad, desde la institucionalidad, de enfrentar las organizaciones insurgentes, y fue la reforma militar y policial de fines de los 90, en el marco del Plan Colombia, que profundizó la orientación contrainsurgente del grueso de la Fuerza Pública, lo que influyó para modificar el escenario estratégico de la confrontación armada.

Por ello fue fundamental la vinculación a la Mesa de Conversaciones de oficiales de alto rango a través de la Subcomisión Militar. Porque a los guerrilleros les da seguridad que sus adversarios directos en la confrontación militar, al estar sentados en la Mesa, van a contribuir a darles garantía de seriedad a los acuerdos, pero igualmente les manda un mensaje fuerte de credibilidad a todos los miembros de la Fuerza Pública, sustentado en la palabra de sus generales, en el sentido de que allí no se está acordando nada por debajo de la Mesa y menos para minar la institucionalidad –esto contribuye a diluir los rumores que algunos sectores opuestos a las conversaciones para terminar el conflicto armado podrían estar difundiendo y generar así inquietud al interior de las Fuerzas-. Adicionalmente, ellos como profesionales de la guerra, son los indicados para, de una parte, reunidos en representación del Estado con su contraparte, los jefes guerrilleros, puedan construir los mecanismos tendientes a, inicialmente, desescalar el conflicto armado, acordar los procedimientos para la dejación de las armas, la localización de las fuerzas insurgentes, los sistemas de verificación, todo lo cual van a ser elementos sustanciales para que la Mesa de Conversaciones llegue luego a los acuerdos respectivos.

Pero adicionalmente la Fuerza Pública debe estar pensándose en los escenarios de posacuerdos en términos del cumplimiento de sus misiones constitucionales y legales, lo cual conlleva valorar cómo se modifica el panorama de las amenazas y riesgos para la seguridad del Estado y de los ciudadanos, esto requiere procesos de adecuación y seguramente de reforma de la Fuerza Pública, pero que debe adelantarse con toda la responsabilidad para que no impliquen ni fragmentaciones institucionales –por ejemplo con reformas estructurales aceleradas-, ni impreparación para enfrentar esas nuevas amenazas y riesgos. Esto implica que la Fuerza Pública tiene varias tareas simultáneas, primero, contribuir con su acción permanente a mantener condiciones adecuadas de seguridad de todos los ciudadanos –recordemos que hay una tendencia creciente de aumento de la percepción de inseguridad, aunque los indicadores objetivos tiendan a disminuir-; segundo, ayudar a que las conversaciones con la insurgencia lleguen a acuerdos viables y creíbles que efectivamente garanticen la terminación del conflicto armado; tercero, irse adecuando, dentro de procesos de reingeniería para las nuevas circunstancias de inseguridad que sigan a la terminación del conflicto interno armado. En buena hora el Gobierno creó el Comando Estratégico de Transición porque allí radica la orientación del cambio estratégico que debe vivir la Fuerza Pública.

Publicado en: http://www.elcolombiano.com/cronologia/noticias/meta/alejo-vargas-velasquez